¿Por qué se rompen muchas relaciones de pareja durante las vacaciones de verano? ¿Cómo podemos prevenir que nos ocurra con nuestra actual o futura pareja?

En nuestro día a día durante el año cargamos con notables niveles de estrés y ansiedad:responsabilidades domésticas, trabajo, etc, que nos hacen movernos (tanto física como mentalmente) de forma atropellada dificultándonos encontrar momentos de serenidad, de tranquilidad de ánimo. De esta manera resulta casi imposible tomar conciencia de qué carencias existen en nuestra relación de pareja, qué funciona y qué no. Aterrizamos en el verano, y es momento de examinarnos. El tiempo libre y el ocio nos permiten estar con la versión extendida de nuestra pareja, las divergencias e incompatibilidades que anteriormente (durante el año) sólo intuíamos o nos resultaban tolerables al compartir más tiempo juntos nos pueden irritar y ser fuente de conflicto.

Podemos darnos cuenta de que no nos sentimos con la misma confianza que antes con la pareja, que diferimos en nuestra escala de valores, que no podemos hablar con espontaneidad de nuestros sentimientos, de cosas que nos preocupan…y en este momento o nos proponemos mejorarla o nos damos por vencidos/as y renunciamos a ella. En el primer caso necesitamos examinar el nivel de salud de la relación, y comenzar un proceso de recuperación,…Esto requiere paciencia y comprensión. Si se realiza un buen trabajo de comunicación y escucha en pareja la relación entonces puede salir fortalecida. Primero de todo:

– Plantéate los motivos que han precipitado que lleguéis a esta situación (¿evito hablar de temas problemáticos con la pareja? ¿por qué? ¿temo acabar discutiendo? ¿no quiero que mi pareja se enfade? ¿temo perder a mi pareja si afronto directamente el motivo de divergencia? ¿me cuesta comunicarme con asertividad, por ejemplo a la hora de mantener la defensa de mis argumentos?)

– Organiza tus ideas y sentimientos para identificar lo que te preocupa y plantea el tema a tu pareja. Podemos aprovechar la posibilidad de tiempo libre de las vacaciones para abordar detenidamente y con sensibilidad los temas que no hemos podido trabajar antes.

Si aparecen desacuerdos durante las vacaciones que no se pueden consensuar, esto revela un problema de comunicación importante cuyo origen se remonta a conflictos no resueltos en la relación que pueden desembocar en una ruptura definitiva. Algunas claves que podemos emplear para potenciar la comunicación en la pareja y prevenir que la relación se deteriore son:

· No postergar el hecho de afrontar las diferencias. Lo que no expresamos siempre sale a a la superficie a través de irritabilidad, mal humor, agresividad…

· No pensar que la pareja tiene que adivinar lo que necesitamos de ella; es una idea romántica falsa y genera muchos malentendidos y frustración

· Podemos escribir una lista de nuestras necesidades y deseos, y otra más sobre qué nos gustaría pedirle a nuestra pareja que nos proporcionara

· Proponer realizar actividades que nos gusten a ambos

· Además de abordar las diferencias es importante reafirmar los puntos fuertes de la relación

· Expresar honestamente lo que sentimos con respeto e intentando no dañar al otro

· Potenciar la relación cuidando del otro, teniendo detalles con él/ella que sean de su agrado

Si pese a poner en práctica estas medidas no mejora la fluidez en la comunicación y aumentan los silencios, el resentimiento y el distanciamiento, la ayuda de un psicólogo puede ser de mucha utilidad para reconocer las fortalezas y debilidades de la relación y proponer un nuevo acercamiento.

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