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A menudo oímos personas de nuestro entorno que sufren dolores de espalda, migrañas frecuentes, tensión en los hombros…etc. Toda esta tensión muscular la mayor parte de las veces refleja problemas para gestionar las propias emociones; es decir: ansiedad.

La ansiedad sucede cuando nos resistimos al dolor producido por emociones complicadas (tristeza, culpa, odio o aversión alguien, miedo, ….). Nos resistimos porque no queremos reconocer esas emociones en nosotros ya que creemos que pueden manchar la imagen que tenemos de nosotros mismos. No sabemos cómo encajarlas con esa persona que creemos ser. Por ejemplo: en el caso del odio, si en un momento dado una persona querida -amigo, familiar….- me ha dejado de dar afecto en un momento puntual o siento que no ha cubierto una necesidad básica mía puede despertarse mi odio hacia esa persona. Y como el odio es una emoción políticamente incorrecta – y más aún cuando se trata de amigos y familiares- la reprimiré, no querré reconocerla porque me sentiré avergonzado/a ya que no es propio de una buena persona.

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¿Cuál es una de las formas en que reprimimos emociones?

¿Qué ocurre entonces? ¿Cuál es la secuencia?

  1. mi perfeccionismo y mis elevadas expectativas de mí mismo/a me obligan a cumplir con el precepto de ser la mejor persona que exista en todo momento y en cualquier acción de mi día si quiero optar al amor de los demás. Es decir, no soy suficientemente bueno/a tal como soy. No me acepto. Necesito mejorar para ser digno de amor
  2. Alguien retira su afecto por mi (no me da abrazos que antes me daba o no quiere verme con tanta frecuencia como antes, o no me elogia o da cariño como antes, me ha criticado en algún momento…). O quizás no ha satisfecho en algún momento mi necesidad de reconocimiento (no me escucha en cierta ocasión o no tiene en cuenta mi opinión, por ejemplo).

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  1. Mi baja autoestima y mi poca capacidad de reconocer mis emociones impide que reconozca la emoción de odio que ha surgido en mí. Si la reconozco, todavía bajará más mi autoestima. La persona siente que no puede permitirse esa emoción porque entonces podría significar que es mala persona, y como su máxima en la vida es ser digno de amor y ello depende de ser buena persona….
  2. Al no reconocer la emoción negativa, ésta no podrá marcharse siguiendo su camino. Se quedará, ya que no ha cumplido su cometido: informarnos de algo importante para nuestra supervivencia: que tal o cual persona está amenazando nuestra seguridad. Saltan las alarmas. Estamos en peligro.

Saber que se tienen carencias afectivas y que son éstas las que impulsaron esa emoción concreta de ODIO, puede rebajar en gran medida nuestra culpabilidad.

¿Cómo dejar de reprimir emociones?

Aquí el paso QUINTO sería el paso que abre las puertas a la SOLUCIÓN: el trabajo en autoestima y en REESTRUCTURAR IDEAS IRRACIONALES.

  1. YO SOY DIGNO/A DE AMOR SIEMPRE. No necesito ser mejor persona para ser digno de afecto.
  2. LAS EMOCIONES NEGATIVAS DEBEN COMPRENDERSE (como acabamos de hacer). Las emociones negativas son impulsadas por necesidades no satisfechas, en el fondo es una FALTA DE AMOR, carencias afectivas. Saber que se tienen carencias afectivas y que son éstas las que impulsaron esa emoción concreta de ODIO, puede rebajar en gran medida nuestra culpabilidad. Las necesidades básicas de afecto suelen ser de reconocimiento, de afecto y de seguridad. Amamos a quiénes nos proveen de estas necesidades y les retribuimos de igual forma creando una relación de reciprocidad. Si esta reciprocidad sentimos que se rompe podemos sentir odio o deseos de venganza.

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  1. Debemos entender esta emoción de odio e integrarla como parte de la experiencia emocional humana. Todos los humanos son susceptibles de sufrir estas mismas emociones negativas, no debemos sentirnos tan raros y malos por tenerlas. No debemos permitir que afecten nuestro valor como personas. Somos valiosos siempre.
  2. INTELIGENCIA EMOCIONAL: Las emociones negativas son propias de situaciones naturales que promueven este tipo de emoción (una pérdida de un ser querido a todas las personas les inducirá tristeza, una negativa de un pretendido ligue a todos puede ocasionar frustración…etc). Las emociones negativas también son propias de interpretar las situaciones de forma pesimista o autodestructiva. Por eso es importante cultivar una visión positiva de uno mismo/a, no criticándonos y no cayendo en la manipulación de otros que puedan herirnos sugiriendo que debemos sentirnos culpables por experimentar tal o cual emoción.

Si tienes problemas de autoestima, sientes que te cuesta aceptarte con tus emociones, con tu forma de pensar, de ser, de sentir, de estar… pueden ser recomendables para ti unas sesiones de psicología. 

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